Hace un año empecé a vender zapatillas. Solo, sin ayuda, sin saber mucho. No tenía una gran inversión ni un local… tenía ganas. Y muchas. Arranqué desde casa, publicando en Instagram, contestando mensajes a cualquier hora, y haciendo los envíos yo mismo. No fue fácil, pero cada vez que alguien me decía “¡gracias, me encantaron!”, sentía que valía la pena. Hoy, sigo creciendo paso a paso. Sigo aprendiendo, mejorando y buscando las mejores zapas para vos. Porque si llegaste hasta acá, es porque confiás en lo que hago. 👟 Gracias por bancar este proyecto independiente. ¡Vamos por más!